De vez en cuando a uno le sobrevienen ciertos olores que le recuerdan pasajes de la infancia, así como sabores que recuerdan a aquel primer viaje al pueblo, melodías de los primeros dibujos animados en televisión y por qué no, algún que otro libro que, ya fuese en clase mientras mirabas con ojos vidriosos el recreo, o durante el verano, conseguía sorprendentemente captar tu atención. Uno de esos libros de los chavalines de mi generación de los 90, es el que revela las "Aventuras de La Mano Negra".
La historia, ideada por el escritor alemán Hans Jürgen Press, narra las aventuras de una pequeña pandilla de amigos detectives que tras salir de clase se dedican a investigar diferentes tramas paralelas a lo largo de la historia que transcurre en el libro. El valor literario de la obra es, lógicamente, bastante escaso, pero consigue enganchar con mucha facilidad al joven lector, convirtiendolo en un auténtico adicto de ese formato de narración. Cada página cuenta con una explicación de la siguiente imagen que el lector se va a encontrar, y en la que deberá buscar la solución en dicha imagen (a modo de fusión del archiconocido ¿Donde está Wally? y el clásico pasatiempo de Busca las 7 diferencias). Se genera un clima de interés y tensión que lleva al pequeño lector a querer ir descubriendo más y más hallazgos hasta el punto de sentirse un pequeño detective más, junto a la pandilla de amiguetes que protagonizan el relato.
Años después no resulta tan descabellado desempolvar de tu estantería o de la de un amigo un libro que guarda tantos y tantos recuerdos en forma de escondites y acertijos secretos. Un libro pues, para pasar el rato y recordar viejos momentos con tranquilidad pero...¡Cuidado! ¡La Mano Negra está en alerta! ¿Como sabían que en la casa misteriosa de enfrente vivía alguien?
Bienvenido al juego.
La historia, ideada por el escritor alemán Hans Jürgen Press, narra las aventuras de una pequeña pandilla de amigos detectives que tras salir de clase se dedican a investigar diferentes tramas paralelas a lo largo de la historia que transcurre en el libro. El valor literario de la obra es, lógicamente, bastante escaso, pero consigue enganchar con mucha facilidad al joven lector, convirtiendolo en un auténtico adicto de ese formato de narración. Cada página cuenta con una explicación de la siguiente imagen que el lector se va a encontrar, y en la que deberá buscar la solución en dicha imagen (a modo de fusión del archiconocido ¿Donde está Wally? y el clásico pasatiempo de Busca las 7 diferencias). Se genera un clima de interés y tensión que lleva al pequeño lector a querer ir descubriendo más y más hallazgos hasta el punto de sentirse un pequeño detective más, junto a la pandilla de amiguetes que protagonizan el relato.
Años después no resulta tan descabellado desempolvar de tu estantería o de la de un amigo un libro que guarda tantos y tantos recuerdos en forma de escondites y acertijos secretos. Un libro pues, para pasar el rato y recordar viejos momentos con tranquilidad pero...¡Cuidado! ¡La Mano Negra está en alerta! ¿Como sabían que en la casa misteriosa de enfrente vivía alguien?
Bienvenido al juego.
¡Qué recuerdos La mano negra!^^
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