Hasta primeros de septiembre se expone en el CCCB, en Barcelona, una muestra que recoge diferentes noticias y películas que tratan sobre los delincuentes juveniles que tanto proliferaban en los 70 y los 80, con El Vaquilla como icono máximo del estereotipo del quinqui.
La relación de estos personajes bien con la prensa, la música o el mundo de celuloide, agrandó su leyenda, convirtiéndolos en auténticos mitos para unos, y verdaderas pesadillas para otros que desde entonces satanizarían todo aquello que procediera de los barrios marginales y el extrarradio de la gran ciudad.
El principal punto de discordia que va a generar la exposición, es la manifestación de los organizadores de que la delincuencia de los quinquis de su época debe entenderse como una forma de expresión cultural de los barrios periféricos de las grandes ciudades. ¿Debemos interpretarlo así? ¿No supone un precedente para justificar y vincular valores culturales a cualquier tipo de comportamiento?
Para saber más, y rescatar el legado quinqui de una Transición en plena ebullición se puede acudir al CCCB hasta el 6 de Setiembre.
La relación de estos personajes bien con la prensa, la música o el mundo de celuloide, agrandó su leyenda, convirtiéndolos en auténticos mitos para unos, y verdaderas pesadillas para otros que desde entonces satanizarían todo aquello que procediera de los barrios marginales y el extrarradio de la gran ciudad.
El principal punto de discordia que va a generar la exposición, es la manifestación de los organizadores de que la delincuencia de los quinquis de su época debe entenderse como una forma de expresión cultural de los barrios periféricos de las grandes ciudades. ¿Debemos interpretarlo así? ¿No supone un precedente para justificar y vincular valores culturales a cualquier tipo de comportamiento?
Para saber más, y rescatar el legado quinqui de una Transición en plena ebullición se puede acudir al CCCB hasta el 6 de Setiembre.
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